lunes, 6 de agosto de 2018

El Discurso del Presidente y el Sector Digital

La revisión del discurso presidencial peruano del último 28 de julio del 2018 confirma las conclusiones sobre el Sector TIC (o Sector Digital) que de alguna forma he podido revisar en mi labor en entidades tales como el Consejo Nacional de la Competitividad CNC y la Comisión Multisectorial Permanente para el seguimiento y evaluación de “Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información en el Perú” CODESI.

  • En el Perú no se ha definido claramente una Política Digital de Gobierno dirigida hacia el desarrollo del país
  • No hay en el Estado Peruano algo consolidado como Sector Digital
  • La Alta Dirección del Gobierno aún debe mejorar su conciencia del impacto sobre el país de los procesos de digitalización de las sociedades 


Si bien se mencionan algunos temas “digitales” en el discurso, estos son de infraestructura o de aplicaciones específicas, lo cual confirma además la visión instrumental y técnica (no política y de desarrollo) en que se le ubica al desarrollo tecnológico.

El Discurso del Presidente Vizcarra del 28 de Julio del 2018  evidencia la ausencia de una Política Digital
Al respecto, algunos comentarios específicos relacionados a temas digitales:

Lucha contra la corrupción
Se establece la intención de “un proceso radical y profundo por hacer accesible y transparente toda la información que por su naturaleza es pública pero que muchas veces se encuentra oculta o desactualizada.”

Si bien no es dable mencionar en este discurso los mecanismos específicos, la digitalización de los procesos del Estado es clave para dicha transparencia y pudieron ser mencionados, en algo así como: “Impulsaremos agresivamente la digitalización de los procesos del Estado”.

La omisión del tema digital puede ser porque éste se considera intrínseco o porque no se le conoce realmente. De mi experiencia laborando en el Estado, me inclino por lo segundo

Reforma Judicial
Igualmente indica profundizar la transparencia: “Propongo al Congreso de la República introducir obligaciones expresas en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para que las instituciones judiciales divulguen más información en sus portales institucionales”.

El enfoque debería dirigirse a digitalizar todo el Sistema de Justicia (incluyendo a Policía, Ministerio Público y Poder Judicial) haciéndolo realmente transparente (sin violar la reserva del proceso). Mientras miles de expedientes pululen en los pasillos de las instituciones no habrá justicia. Se pudo aprovechar esta oportunidad para indicar algo como: “Incluiremos en la propuesta de reforma la digitalización e interconexión de todo el Sistema de Justicia”.


Economía y Sectores Productivos
El discurso menciona la importancia de la competitividad: “La competitividad es un elemento clave para garantizar el progreso y el desarrollo del país y proyectarlo hacia el futuro. Propongo hoy en el Parlamento un consenso para hacer de la competitividad un objetivo nacional.”

El problema es que la competitividad no se puede mejorar sino se afronta la digitalización. El desarrollo de las tecnologías digitales actuales impulsa la productividad y competitividad en niveles que incluso no podemos comprender cabalmente. Si no tenemos políticas digitales (y el “nuevo” Plan de Competitividad y Productividad” no los tiene), no habrá forma real de mejorar.

También se menciona “nos proponemos impulsar el desarrollo productivo y empresarial de las Micro y Pequeñas Empresas, a través de una mejora del sistema de compras estatales, calidad de los productos, reducción de costos de financiamiento y promoción de la formalización laboral”.

En general el discurso se centra en los sectores primarios exportadores sin mención precisa a los temas de industrialización y ausencia de la industria digital.  

Es cierto que hay muy poco que mencionar en temas de industrialización, pero sin políticas de impulso a los ecosistemas digitales en los sectores productivos en base a una política industrial definida, las acciones mencionadas (por ejemplo, para las MIPYME), serán limitadas y de poco efecto.

En este caso es necesario formular una visión de desarrollo del país, hubiera sido motivante que el presidente dijera algo así como: “analizamos cuidadosamente el desarrollo de la economía digital y su impacto en nuestra sociedad para determinar las políticas convenientes a aplicar en nuestro plan de competitividad y productividad”.

Transportes y Comunicaciones
Si bien menciona los Proyectos de Desarrollo de Redes de Alta Velocidad para las regiones y los nuevos proyectos para la Amazonía, cruciales para el desarrollo, su foco es solamente de infraestructura. Esta plenamente demostrado que poner la infraestructura digital no basta para que se usen efectivamente, así que es necesario desarrollar políticas de aprovechamiento y apropiación, que en realidad escapan a este sector.

Mención aparte es el hecho que nuestra Ley de Telecomunicaciones data del año 1991 y no parece haber intención de actualizarla.

También hay una ausencia de enfoque digital en el sector transporte. Hubiera sido interesante que se mencione el impulso a Sistemas Inteligentes de Transporte como una política del sector.

Educación
Una de las principales conclusiones que surgen si se hace un análisis serio de la situación de la educación peruana, es que una política base es la digitalización del proceso de enseñanza incluso más allá del aula e involucrando decididamente a los profesores. Si bien hay serios problemas de infraestructura a resolver, esto no debe ponerse como prerrequisito para el desarrollo correcto de una Política de Educación Digital. El discurso no entra en este aspecto y el sector de educación no debería perder más tiempo en desarrollarlo. 

Salud
Es un gran avance la interconexión de hospitales, la Telesalud y el desarrollo de sistemas para la Historia Clínica Electrónica.

La sugerencia es pasar del enfoque de telesalud y sistemas de información, para ir al concepto de e-salud (e-health), que engloba un conjunto de políticas más allá de lo instrumental. El sector salud no solo contempla al Estado sino a muchas instituciones prestadoras y aseguradoras, configurando un gran ecosistema de salud.

Políticas efectivas de desarrollo pueden integrar digitalmente aseguradoras y prestadoras en un sistema abierto de servicios diseñado para mejorar la salud en general de los ciudadanos con foco en la prevención y que además puede implantar sistemas de trazabilidad a nivel de cada persona con problemas de salud específicos, como por ejemplo la desnutrición crónica infantil.

Otros sectores
Si bien un discurso de este nivel debe quedar en un plano general, se podrían hacer algunos señalamientos que indiquen que el aspecto digital está presente en los sectores (que solo podemos asumir como existente). Aspectos como el desarrollo digital de las ciudades, la participación ciudadana basada en herramientas digitales o la integración de tecnología en los temas de seguridad pudieron ser incluidos o mencionados.

El caso cultural es un tema aún más sintomático, se plantean desarrollos basados en radio y televisión (se entiende que es por cuestión de acceso) pero se omite el uso de todas las otras herramientas digitales (por ejemplo, las redes sociales) que pueden ayudar mucho más a desarrollar la interculturalidad que programas pasivos de radio difusión. En un futuro se podría mencionar el desarrollo de las industrias creativas, que configuran una gran oportunidad para países poco industrializados como el nuestro.

Por último, uno de los aspectos prioritarios establecidos por la Alianza del Pacífico es su Agenda Digital, el problema es que aún no hemos podido actualizar la Agenda Digital Peruana.

Conclusión
En temas digitales la impresión es que en realidad estamos retrocediendo. Los proyectos mencionados tienen ya años en desarrollo (por ejemplo, el Sistema de Mensajería de Alerta Temprana SISMATE) y presentan un lento avance.

La falta de un sector digital en el Estado explica la ausencia de políticas específicas y de que no exista un organismo capaz de desplegar la Política Digital del Acuerdo Nacional en el Estado y la Sociedad.

Puede que las urgencias del Gobierno sean prioritarias y los temas de coyuntura cruciales, pero descuidar el tema digital implica descuidar el desarrollo futuro del Perú. Es de esperar que en el año que sigue tal situación pueda ser corregida y empecemos a construir  de verdad un Perú del siglo XXI

jueves, 2 de agosto de 2018

Transformación digital para el desarrollo sostenible del Perú

(Artículo publicado en la revista Stakeholder)


La digitalización es el proceso donde la interrelación entre la población, sea esta social, económica o política, se realiza cada vez más a través de una tecnología digital, como es el caso de Internet. Este proceso en expansión y profundización afecta a toda la sociedad en mayor o menor medida y puede llegar a definir, dependiendo de cómo lo asuma cada país, su desarrollo futuro.

En este sentido, la transformación digital, que es la forma mediante la cual una organización se adapta a este proceso, es clave para que el empresariado y cada Estado puedan sumarse a esta corriente de desarrollo o quedarse a la zaga en el mercado y el progreso mundial

Fig. 1 Es urgente un proceso de transformación digital para superar nuestro lento progreso digital que nos pone en desventaja con respecto al resto de América Latina y el mundo

La digitalización

La tecnología digital ha evolucionado aceleradamente en poco tiempo, cambiando desde la forma cómo una persona (y también una máquina) intercambia información hasta una simple actividad cotidiana como la forma de pago en una tienda. En Suecia el pago electrónico está desplazando al pago con dinero en efectivo: por una persona que paga con papel moneda, hay cinco que lo hacen por vía electrónica.

La confluencia de una amplia variedad de tecnología digital (inteligencia artificial, big data, computación en la nube, internet de las cosas, fabricación aditiva, robótica, social media, tecnología 5G y blockchain) ha conducido a la humanidad a un punto de inflexión que la historia ha decidido llamar la Cuarta Revolución Industrial.

La adaptación tecnológica del Perú

El Perú no ha sido exitoso en su inserción a cada ola de cambio tecnológico que se ha producido en el mundo: se unió tardía e incompletamente a la Primera, Segunda y Tercera Revolución Industrial. Como consecuencia, terminó convirtiéndose en un consumidor limitado de tecnología que no es capaz de aprovecharla para impulsar su productividad (muy baja para nuestro nivel de ingreso medio) y su competitividad, limitando su capacidad de crear progreso. 

Para que el Perú tenga un desarrollo sostenible es esencial que se inserte de lleno en la digitalización mundial, enrumbando adecuadamente su proceso de transformación digital. De no hacerlo, se enfrentaría a una acelerada pérdida de competitividad, la cual implicaría el aumento de la brecha digital interna y externa, y la acentuación de la exclusión y la desigualdad social, que traerían como cola la disminución del ingreso, la elevación de la tasa de desempleo y el incremento de la pobreza y la inequidad.

El reto para el Perú

Actualmente, la evidencia confirma que la digitalización no es un tema que está en la agenda del sector público y el sector privado. De serlo, se tendría una entidad en el Estado encargada de su desarrollo (como el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia) o una organización privada dedicada a su impulso (como el País Digital de Chile). 

En este escenario, el reto para el Perú pasa por ser capaz de realizar un «recableado cerebral», dejando de lado el recetario del siglo XX y entendiendo que lo digital no es un tema complementario, sino que es una necesidad en este siglo XXI.

Por ello, establecer una visión, asumir el liderazgo desde el Gobierno y la empresa privada, y construir una institucionalidad que permita ejecutar un plan concreto para fomentar la transformación digital del Perú se hace imprescindible para iniciar el camino hacia un desarrollo sostenible.

Conclusión

La digitalización es imparable. El Perú requiere de un proceso de transformación digital que lo haga capaz de insertarse en esta nueva ola de cambio tecnológico, lo cual es indispensable para alcanzar un desarrollo sostenible. La sociedad en su conjunto debe asumir esta tarea y debe exigirle al Estado y al sector privado a dejar de lado el cortoplacismo para que trabajen en el nivel de acción que le corresponde a cada uno. 

La Digitalización y la Transformación Digital

(Artículo publicado en el Portal de DN Consultores)


¿Qué tienen en común la empresa General Electric GE y la Selección Peruana de Fútbol? A primera vista uno diría que absolutamente nada, estamos en principio hablando de uno de los más grandes conglomerados industriales del mundo con ingresos de miles de millones de dólares y por otro lado una organización deportiva que si bien ha logrado un logro importantísimo al clasificar al Mundial de Futbol, ha estado muy venida a menos en las últimas décadas. Sin embargo, salvando las diferencias, ambas se embarcaron en un proceso de cambio, un proceso de transformación digital.

Fig. 1 El liderazgo es clave en un proceso de transformación digital (Ricardo Careca y Jeff Immelt)


La Digitalización

El concepto de Digitalización puede ser algo confuso en nuestra sociedad. Muchos lo asocian con el convertir un flujo de información en formato analógico (en donde la información se representa por valores continuos) a un formato digital (en donde la información se representa sólo por dos valores, 0 y 1). De esta forma por ejemplo se dice que digitalizamos un documento cuando lo escaneamos para usarlo en formato electrónico digital en una computadora. Siendo una definición correcta, no es la que nos interesa.

El término Digitalización se está usando cada vez más para referirse a la forma como las tecnologías digitales han ido transformando a la sociedad contemporánea. En ese sentido, la digitalización debe entenderse como un proceso de cambio progresivo en la manera como las personas nos interrelacionamos, es decir, es un proceso de cambio económico, social y político.  Las Tecnologías Digitales han evolucionado aceleradamente desde los años cincuenta desde la aparición de la primera computadora digital comercial (la UNIVAC I) y principalmente con la expansión del Internet. En el momento actual, la confluencia de varias tecnologías (Inteligencia Artificial, Big Data, Computación en la Nube, Internet de las Cosas, Fabricación Aditiva, Autos Autónomos, Robots y Drones, Social Media, Comunicaciones 5G, Blockchain, y otras) nos conduce a un punto de inflexión en donde aún no se tiene claro el impacto de éstas sobre nuestras sociedades.

GE, la nueva Industria Digital

Fue en el año 2001 que Jeff Immelt asume la conducción de la General Electric e inicia el proceso que transformó radicalmente a este gran conglomerado industrial[1].  Uno de los aspectos que GE notó claramente es que la ventaja competitiva en la manufactura se estaba desplazando hacia la utilización de sensores embebidos en las máquinas, los que producían datos que eran colectados y analizados produciendo información valiosa para la empresa y sus clientes. De esta forma GE se enfoca en crear “smart, connected products” (por ejemplo, una turbina de viento en la que un problema técnico puede ser corregido antes que ocurra).  Para poder procesar la información de los múltiples productos conectados GE necesitaba un sistema apropiado, por lo que decide crear PREDIX, una plataforma de aplicaciones para el nuevo internet industrial en donde clientes y asociados pueden desarrollar las soluciones para este nuevo entorno con diversos tipos de tecnologías.  Naturalmente, esta nueva orientación obliga a desarrollar nuevas capacidades tecnológicas entre ellas las de desarrollo de software por lo que crean un gran centro de desarrollo en California y duplican la inversión en I&D además de incursionar decididamente en la Manufactura Aditiva.

Es claro que este nuevo enfoque requiere a su vez una transformación de la organización así que se hicieron varios cambios, como enfocar su portafolio hacia productos de alta tecnología o basados en manufactura, crear la empresa GE Digital para su plataforma de productos digitales, expandir su presencia global dando más poder de decisión a sus organizaciones regionales y locales, además, de dar un nuevo impulso a la organización haciéndola más ágil y descentralizada.

Si bien GE enfrenta en estos momentos problemas financieros, se reconoce ampliamente el aporte de Immelt, quien dejó el cargo en el 2017, al transformar a GE desde un conglomerado industrial propio del siglo XX a un nuevo modelo industrial digital, a la que incluso la llamaron la start-up de 125 años. Como dice el propio Immelt, fue necesario un periodo de recableado cerebral para llegar al entendimiento que el mundo está cambiando y que la supervivencia de la compañía depende de anticipar este cambio y estar a la vanguardia respecto a aquellos que sólo reaccionan al mismo

La tecnología y la Selección de Fútbol del Perú

Viendo los partidos de la selección peruana en nuestros televisores o en el Estadio, hemos sido capaces de advertir un cambio positivo en el desempeño tanto individual como colectivo del equipo, llegando a obtener el resultado de la clasificación al mundial de fútbol que nos fue esquivo por 36 años. El resultado, no ha sido fruto de la casualidad o la inspiración sino del trabajo profesional y dedicado que implementó nuevas técnicas, técnicas digitales, a los procesos de trabajo de la selección.

Bajo un proceso progresivo[2], se implementaron acciones como: observar los partidos de casi todas las ligas del mundo, evaluar jugadores locales con cámaras y análisis de los datos de juego, crear una base de datos con la información de desempeño futbolístico de los jugadores basado en variables de juego seleccionadas, evaluar  al equipo por rendimiento o por posición con sistemas de Tracking, realizar análisis estadísticos de los jugadores  tanto propios como rivales, entre otras, que soportaron largamente las decisiones del comando técnico, las cuales pasaron de ser intuitivas a estar sustentadas por información.

Todo esto implicó un cambio en los procesos de trabajo de la selección que a su vez requirió un cambio de mentalidad de los directivos y la contratación de personal con nuevas habilidades (la analítica de datos) en un proceso de transformación y adaptación considerando, además, que estas herramientas son utilizadas también por las demás selecciones competidoras.

Si bien este proceso no fue necesariamente planificado y no podemos decir que la clasificación al mundial se debió exclusivamente a estas herramientas, si se puede afirmar que implicó un cambio de la forma de trabajo de la selección que elevó la competitividad del equipo y en consecuencia sus probabilidades de lograr resultados exitosos.

La Transformación Digital

En ambos casos vemos como dos entidades con alcances, estructuras, negocios y motivaciones completamente diferentes se adaptan a un nuevo ambiente competitivo donde la utilización de las tecnologías digitales marca claramente la diferencia. El proceso de cambio denominado Transformación Digital, sin embargo, va más allá de la tecnología e implica un claro liderazgo y una transformación de la propia organización.  

El cambio parte de ser conscientes del impacto de la tecnología en sus sectores o sectores afines y como éste afectará sus modelos de negocio. La adecuación al entorno implicará necesariamente revisar y probablemente redefinir los productos y servicios, la interacción con los clientes, la estructura organizacional, los procesos, las relaciones internas, la asignación de recursos y en general la cultura de la organización.

Para una empresa, tal como la GE, este cambio define su futuro y su posición en el mercado. Para las organizaciones en general incrementa las posibilidades de obtener los resultados que sus principales grupos de interesados esperan.

Para un país, el tema es bastante más complicado.  En principio, requiere establecer una visión y definir el conjunto de políticas públicas que le permitan afrontar como tal el proceso creciente de digitalización (por ejemplo, en sus sistemas educativos). Por otro lado, los estados deben encaminarse hacia su propio proceso de transformación digital, por ejemplo, para ser capaces de entregar mejores servicios públicos alineados a las expectativas de una nueva clase de ciudadano, el ciudadano digital.

Conclusión

La digitalización es un proceso económico, social y político que no se puede parar, tendrá múltiples detractores e incluso negadores pero sus consecuencias ya las estamos viviendo en nuestro día a día y inexorablemente tendrá impacto en nuestra competitividad, empleo y en general nuestro desarrollo.

Las empresas, de todo tamaño y naturaleza, deberán establecer una estrategia de cómo afrontarla y en la medida de su impacto, accionar adecuadamente. No hacerlo, puede poner en riesgo su propia presencia en los mercados.

Como país, en el Perú no podemos estar ajenos (como actualmente estamos) a este proceso y urge TOMAR ACCIÓN. Debemos definir la visión y las políticas digitales, construir la institucionalidad que sea capaz de implementarlas y darle mucho mayor impulso al proceso de transformación digital del Estado.


[1] inside GE’s transformation, Harvard Business Review, september–october 2017 issue
[2] El Camino a Rusia, Umberto Jara, Editorial Planeta, 2018

lunes, 7 de mayo de 2018

La ausente Agenda Digital Peruana


En una conversación realizada hace unos días con personas del entorno estatal mencioné la existencia de la Agenda Digital Peruana y sin sorpresa observé que realmente no tenían conocimiento de ésta y menos aún que dicha agenda está vencida y obsoleta. Digo sin sorpresa, puesto que en el tema de desarrollo digital la falta de información es una constante no sólo en el Estado sino en el propio sector privado. Nuestra última Agenda Digital Peruana 2.0, fue aprobada el 26 de Julio del 2011 y pasaron largos cuatro años antes que se convocara a la Comisión Multisectorial CODESI encargada de su seguimiento. Considerando que dicha agenda, que no ha sido actualizada o reemplazada, tiene casi 7 años de emitida y que sus ocho objetivos fueron establecidos para el año 2015, es claro indicar que no sólo está vencida sino además obsoleta. En consecuencia, el Perú es un país con una Agenda Digital ausente, lo cual nos deja a la deriva en este tema y en seria desventaja respecto a otros países en el camino hacia el desarrollo.
Fig. 1 La Agenda Digital Peruana está desfasada respecto a nuestros países vecinos


Los países y las Agendas Digitales 

En el año 2001 mediante la resolución 56/183[1] de la Asamblea General de las Naciones Unidas se reconoció la urgente necesidad de aprovechar las posibilidades que ofrecen los conocimientos y la tecnología para promover los objetivos fijados en la Declaración del Milenio y se determinó la realización de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, en dos etapas: en Ginebra el 2003 y en Túnez el 2005.  La Agenda de Túnez[2] estableció que con base al liderazgo de los gobiernos y la asociación con otras partes interesadas se aliente a elaborar estrategias digitales como parte integrante de planes nacionales de desarrollo y estrategias destinadas a la reducción de la pobreza, lo antes posible y antes de 2010.

Las declaraciones de la Cumbre Mundial y sus posteriores foros, así como la formulación en el año 2005 del Plan de Acción Regional para la Sociedad de la información en América Latina y el Caribe - eLAC2007, sirvieron de marco para el desarrollo de las estrategias digitales que ya se estaban realizando en diferentes países desde finales de la década de los noventa. Por ejemplo, Brasil formuló en el año 2001 la estrategia Sociedad de la información en Brasil, Libro Verde, que fue la primera agenda digital elaborada en la región[3].  

Hay que indicar que el desarrollo de las agendas digitales ha tenido diferentes tropiezos a través de los años. Los cambios de gobierno, que en algunos casos impidieron su continuidad, así como la propia naturaleza cambiante de las tecnologías supuso procesos complicados especialmente en su implementación. Aquellos países que sorteando las dificultades presentan avances relevantes son los que han logrado mantener cierta continuidad en sus políticas y han creado los mecanismos institucionales capaces de desplegarlas, por ejemplo, Uruguay, Chile y Colombia.

Las Agendas Digitales peruanas  

Realmente nuestro país fue uno de los pioneros en el desarrollo de estrategias digitales, en el año 2001 se formó la Comisión Multisectorial encargada de la formulación de un Plan de Acción Nacional para masificar el uso de Internet[4], la cual presentó el documento e-PERÚ: Propuestas para un Plan de Acción para el Acceso Democrático a la Sociedad Global de la Información y el Conocimiento, que podría considerarse nuestra primera Agenda Digital.

Sin embargo, la primera agenda formal es el Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información en el Perú - Agenda Digital Peruana, emitida en el año 2005 por la Comisión Multisectorial para el Desarrollo de la Sociedad de la Información CODESI liderada por la Presidencia del Consejo de Ministros PCM, que implico un gran esfuerzo de múltiples actores. En el año 2011, además, se emite el Plan Nacional para el Desarrollo de la Banda Ancha en el Perú, por una comisión liderada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones MTC. Si bien esta última se adentraba más en detalle en los aspectos de comunicaciones de alguna forma se superponía con la Agenda Digital vigente.

Finalmente, el 26 de Julio del 2011 se aprueba el Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información en el Perú - Agenda Digital Peruana 2.0 emitida por una CODESI reestructurada que se disuelve con su aprobación.  Esta Agenda contiene ocho objetivos con sus respectivas estrategias los cuales fueron planteados con una visión al 2015 mientras que en el Plan de Banda Ancha estaban fijados al 2016.

Después de su promulgación esta Agenda Digital estuvo prácticamente inactiva hasta septiembre del 2015 en que se reactiva la CODESI, como una comisión de seguimiento y evaluación. En noviembre del 2017 la comisión inicia el proceso de generar una nueva Agenda Digital, sin embargo, éste fue interrumpido en enero del 2018 por los actuales responsables de la CODESI en el MTC.   

Los problemas de nuestras Agendas Digitales y sus consecuencias

Aparte de los cambios de gobierno que afectaron la continuidad de las políticas digitales, el mayor problema estuvo en que en ningún momento se contó con una organización e institucionalidad capaz de implementarlas.  A pesar de los esfuerzos de la PCM o del MTC, no se contaba (ni se cuenta) con las capacidades de competencias, normativas, de gestión, de recursos financieros y de recursos humanos, para poder afrontar un reto tan complejo como es implementar una estrategia digital.  Otros países, a la par que las agendas, crearon organizaciones y fortalecieron sus capacidades de cara a este esfuerzo, teniendo como ejemplos destacables los de Uruguay (con la AGESIC) y Colombia (con el MINTIC).

Subyacente a esta situación, está el desconocimiento sobre las implicancias del desarrollo digital en nuestra sociedad que hace que las Agendas Digitales estén circunscritas a especialistas o a ciertas entidades y empresas del sector tecnológico, sin proyección al resto de la sociedad. Esta situación se vuelve patente cuando teniendo la Agenda Digital vencida los esfuerzos de actualizarla han sido dejados de lado.

Tener la Agenda Digital vencida y obsoleta puede parecer irrelevante en el contexto político actual, pero indica claramente que como país no tenemos una forma de guiarnos en el proceso de digitalización que afecta a todas las sociedades y que impacta en todo nivel tanto económico como social y político. Dado que las demás naciones si se han puesto encima el esfuerzo de alinearse al desarrollo mundial, las consecuencias para nuestro país a mediano y largo plazo serán dramáticas en pérdida de competitividad, productividad y empleo.

Conclusión

La Agencia Digital ausente no es en realidad un hecho aislado, es un síntoma más de la falta de visión de desarrollo que tenemos en el país.  La digitalización es un proceso económico, social y político que seguirá su marcha inexorable con consecuencias que aún no podemos predecir realmente y para la cual no nos estamos preparando.

Enfrascarnos netamente en una visión de cortísimo plazo guiada solamente por la coyuntura y especialmente política, es altamente irresponsable de cara a nuestras futuras generaciones, y dado el nivel de información actual el desconocimiento no podrá ser esgrimido como excusa cuanto estas generaciones del siglo XXI nos lo demanden.

[3] Estrategias de TIC ante el desafío del cambio estructural en América Latina y el Caribe, CEPAL, 2013
[4] Decreto Supremo 066-2001-PCM  

miércoles, 7 de marzo de 2018

Perú en digitalización, cada vez más rezagados


La digitalización es una tendencia mundial que afecta a todos los procesos económicos y sociales impactando directamente en la competitividad de los países. Existen diversos índices globales que utilizando una serie de dimensiones e indicadores permiten medir el nivel de digitalización de las diferentes economías del mundo estableciendo sus posiciones relativas y proporcionando información para la toma de decisiones tanto privadas como de política pública. En un estudio denominado Digital Planet 2017, se establece no solo el estado actual sino también el momentum o impulso a la digitalización de cada país. El estudio además de mostrar a nuestro país justamente en los últimos lugares también revela el poco impulso que tenemos en este aspecto, confirmando lo que he manifestado en diversas oportunidades: en lo digital, el Perú no sólo está atrasado, sino que además su lento crecimiento nos rezaga cada vez más.

El índice: DEI Digital Evolutión Index

El reporte “Digital Planet 2017 - How Competitiveness and Trust in Digital Economies Vary Across The World” elaborado por  Bhaskar Chakravorti and Ravi Shankar Chaturvedi de “The Fletcher School, Tufts University”[1] en Julio del 2017, nos presenta el Índice de Evolución Digital (DEI por su acrónimo en inglés) que según indican, pretende ser una evaluación holística basada en datos del progreso de la economía digital en 60 países combinando más de 100 indicadores en cuatro dimensiones clave: condiciones de oferta, condiciones de demanda, ambiente institucional, y cambio e innovación.

El estudio indica que la competitividad de una economía digital es función no solo de su estado de digitalización sino también de la velocidad de este desarrollo digital, en este caso medido a través del periodo 2008-2015. El DEI divide a los países en cuatro segmentos (ver figura 1):

  •     “Stand Out”, aquellos países que presentan tanto un gran avance en digitalización como un gran impulso en la misma.
  •    “Stall Out”, países que muestran un alto grado de digitalización pero que han disminuido en su impulso.
  •   “Break Out”, países que si bien tienen un bajo nivel de digitalización están evolucionando rápidamente.
  •    “Watch Out”, los que tiene que enfrentar retos significativos dado su bajo nivel de digitalización y bajo impulso. En algunos casos estos países están retrocediendo en digitalización


El estudio además presenta el análisis de la “confianza digital”, que surge por la presencia de los riesgos crecientes por la cada vez más amplia dependencia de la tecnología digital, tomando en cuenta la integridad del ambiente digital, la calidad de la experiencia de los usuarios, las actitudes hacia las instituciones clave y el comportamiento de los usuarios en los servicios digitales.

Figura 1. Digital Evolution Index 2017

La posición del Perú en el DEI
Según se aprecia en el reporte, la posición del Perú es una de las más desfavorables. En cuanto al estado de digitalización ocupamos el puesto 49 (de 60) con un puntaje de 2.15 y en cuanto al ratio de avance ocupamos la posición 52 con un promedio de 1.29. Con estos valores el Perú se encuentra posicionado en el cuadrante de los países “Watch out” o “En cuidado”. Es decir, el Perú presenta un bajo nivel de digitalización, pero además su impulso a la misma es muy bajo y enfrenta serios retos de desarrollo.

Si nos comparamos con los países latinoamericano vemos que Colombia, Brasil, México están en un nivel similar (44, 46 y 47 respectivamente en nivel de digitalización) los tres por encima de Perú; de ellos destaca Colombia por su impulso a la digitalización (con un valor de 2.11 y en la posición 9 de momemtum). Chile, por otro lado, destaca en su nivel de digitalización (en la posición 30) y su progreso podría indicarse como de impulso medio o constante. El caso de Bolivia es destacable pues si bien su digitalización es muy baja (puesto 59 con 1.54) su ratio es muy alto (puesto 3 con 3.63).

Las implicancias en el caso del Perú
Dado el lento avance de Peru, lo esperable es que la distancia con los demás países de Latinoamérica se incremente para el caso de aquellos países que nos superan y se acorte con aquellos que superamos (en este reporte Bolivia), con lo cual el país se verá afectado con una creciente pérdida de competitividad digital que impactará directamente en su competitividad general.

La pérdida de competitividad resultante es altamente relevante puesto que a nivel global muchas decisiones de inversión se establecen en base a la impresión de competitividad que presentamos. Así, por ejemplo, la decisión de localizar los Data Center por los grandes operadores de computación en la nube tendrá en consideración este factor.
Si bien, a veces se tiende a cuestionar los índices globales, no se puede ocultar nuestro poco desarrollo digital comparativo, pero más aún, un rápido repaso de lo que hemos realizado como país para el desarrollo digital en los últimos diez años (más bien lo que no hemos hecho) corrobora ampliamente lo mostrado en el reporte mencionado. 

Conclusión
La competitividad digital del Perú, que a su vez impulsa la competitividad en general, está claramente estancada en niveles medio bajos que nos posicionan por debajo de países similares al nuestro. Además, nuestro impulso a la digitalización es lo suficientemente débil para predecir que nos iremos retrasando aún más en el futuro.

La tendencia de retrasarnos es aún más preocupante puesto que las acciones que actualmente se están ejecutando en lo digital son de bajo impacto y prácticamente las mismas que se han estado haciendo en los últimos diez años, con el hecho advertido en múltiples oportunidades de una falta crónica de conciencia en los sectores decisores del impacto de la digitalización en nuestro país.



[1] https://sites.tufts.edu/digitalplanet/executive-summary/

lunes, 22 de enero de 2018

El Procedimiento Administrativo Electrónico y la Ley 27444

La transformación digital del Estado requiere, entre varios aspectos, la aplicación de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones TIC en el desarrollo y ejecución de los diversos procesos y procedimientos del mismo, cuyo marco normativo se establece principalmente en la Ley 27444 del Procedimiento Administrativo General. A propósito de los últimos cambios a esta Ley, que  introduce explícitamente al procedimiento electrónico y considerando las discusiones sobre el impacto de lo digital, creo necesario precisar algunos conceptos que nos sirvan para un planteamiento adecuado para incluir el procedimiento administrativo electrónico en el marco normativo actual; aspecto que, a mi juicio, es clave para realmente “modernizar” el Estado peruano.

El Procedimiento Administrativo General
La Ley 27444 regula la función administrativa del Estado y el procedimiento administrativo común desarrollado por sus entidades. Como lo define esta ley (artículo 29), se entiende por procedimiento administrativo al conjunto de actos y diligencias tramitados en las entidades, conducentes a la emisión de un acto administrativo (declaraciones de las entidades) que produce efectos jurídicos individuales o individualizables sobre intereses, obligaciones o derechos de los administrados.

Esta actuación administrativa se revela, por ejemplo, cuando solicitamos una autorización, un permiso, una jubilación, la designación de funcionarios, una concesión, una acreditación o una licencia sobre una materia administrada o ejercida por el Estado.  Esta Ley es la base del funcionamiento administrativo del Estado el cual los ciudadanos lo experimentamos principalmente a través de los trámites, es decir la ejecución de los procedimientos administrativos.

Hay que indicar que la concepción de esta Ley obedece a una visión específica del funcionamiento del procedimiento administrativo, establecido como un proceso manual y con documentos escritos. De esta forma, se establecen condiciones relacionadas a los documentos (artículo 41, entre otros) que están concebidos bajo su forma en soporte en papel, por ejemplo, cuando menciona la copia de escritos (artículo 114) o la recepción documental (artículo 117), entre varios casos a mencionar.

La discusión que se plantea desde el punto de vista de lo digital es si esta Ley  puede ser aplicada eficazmente cuando el procedimiento administrativo es ejecutado por medios electrónicos o digitales.

Los últimos cambios sobre el Procedimiento Administrativo General    
Mediante Decreto Legislativo 1272 emitido en diciembre del 2016 se establecen varios cambios a la Ley 27444. Los más relevantes a nuestra discusión se mencionan en el artículo 29-A del Procedimiento Administrativo Electrónico, que indica en su primer punto: “Sin perjuicio del uso de medios físicos tradicionales, el procedimiento administrativo podrá realizarse total o parcialmente a través de tecnologías y medios electrónicos, debiendo constar en un expediente, escrito electrónico, que contenga los documentos…”. En un segundo punto precisa que “El procedimiento administrativo electrónico deberá respetar todos los principios, derechos y garantías del debido procedimiento previstos en la presente Ley, sin que se afecte el derecho de defensa ni la igualdad de las partes…”. En un tercer acápite menciona: “Los actos administrativos realizados a través del medio electrónico, poseen la misma validez y eficacia jurídica que los actos realizados por medios físicos tradicionales…”. Finalizando con: ”Mediante Decreto Supremo, refrendado por la Presidencia del Consejo de Ministros, se aprueban lineamientos para establecer las condiciones y uso de las tecnologías y medios electrónicos en los procedimientos administrativos”.

El principal punto que destacar es que la ley concede validez jurídica al procedimiento administrativo electrónico, lo que es un buen punto de inicio para nuestro propósito. Sin embargo, al delegar en una norma de menor rango (decreto supremo) la definición de los lineamientos y condiciones para aplicar las TIC al procedimiento administrativo, se deja constancia del poco conocimiento del legislador sobre el impacto real que lo digital tiene sobre el procedimiento administrativo, subyaciendo el concepto que lo que se trata es de aplicar los medios electrónicos al procedimiento manual y reemplazar el papel por documentos electrónicos. 

El Procedimiento Administrativo Electrónico
¿Es el procedimiento administrativo electrónico solamente la aplicación de los medios electrónicos al proceso manual, incluyendo el reemplazo del documento en papel por uno electrónico?

En general, la introducción efectiva de las TIC dentro de cualquier proceso de negocio genera una transformación del mismo impactando la forma como los usuarios se relacionan con las organizaciones y los modelos de negocio relacionados. Este aspecto no tendría que ser diferente para los procesos del Estado. Como ejemplo, las TIC permitirían que los documentos producto de una interacción del ciudadano con el Estado, puedan ser emitidos sin necesidad que éste lo solicite (que es la forma usual de interacción). De esta forma, una partida de matrimonio podría ser expedida automáticamente en formato electrónico al momento que la Municipalidad registra el acto y guardada en una carpeta electrónica del ciudadano, sin que éste la haya solicitado explícitamente.

El procedimiento administrativo electrónico establece elementos y características muy diferenciadas respecto a un procedimiento manual y su entendimiento requiere que se supere el paradigma de los documentos escritos sobre papel. Para ilustrarlo, el siguiente gráfico describe en forma general los componentes de un proceso administrativo electrónico[1]
Flujo del Procedimiento Administrativo Electrónico (Fuente: Estudio R, Burneo, CNC, 2016)


El primer componente que observar es el de la Carpeta Electrónica, que modifica la forma de interacción del ciudadano con el Estado. Al ser un repositorio de los documentos de los ciudadanos permite que las entidades del Estado depositen y extraigan documentos de la misma, haciendo más eficiente la interacción con el ciudadano y disminuyendo sensiblemente los requerimientos técnicos de interoperabilidad.

Si bien siempre es necesaria una mesa de partes (en este caso sede electrónica) esta puede operar las 24 horas con acuses de recibo automáticos y proporcionando además el estado de los trámites también en forma automática (sin ser solicitado) manejando alertas a través de múltiples dispositivos.

El procesamiento de las solicitudes requiere de un sistema de gestión de procesos que pueda integrar los diferentes procedimientos con los diferentes sistemas y registros que las instituciones poseen. Un aspecto clave en este caso es la estandarización del documento y del expediente electrónico. Finalmente, los documentos deberán ser preservados con reglas diferentes a las aplicables a los actuales archivos en papel.

Para su funcionamiento, se establece claramente la necesidad de un sistema de identidad y autenticación digital que sea seguro pero flexible y adecuado a las necesidades de los ciudadanos y a los niveles de riesgo de cada procedimiento.

Cómo implantar El procedimiento administrativo electrónico
Dadas las complejidades que el procedimiento administrativo electrónico conlleva, es necesario establecer un diseño general del mismo y establecer los impactos sobre los dispositivos normativos existentes principalmente la Ley 27444. Una vez determinados estos impactos, se pueden establecer los instrumentos normativos en el rango que sean apropiados. Por ejemplo, el análisis nos debería indicar si para gestionar una mesa de partes virtual deberíamos modificar la Ley, que define la recepción documental (artículo 117), o si nos bastaría con una norma de menor rango para reglamentarla.

Al respecto, se debe establecer un enfoque de trabajo que incluya a las principales entidades involucradas y que tenga en cuenta tanto aspectos legales, de procesos y tecnológicos en un proceso de búsqueda de consenso, inevitable si queremos tener dispositivos normativos realmente eficaces, explorando las alternativas, entre las cuales considero deberá incluirse la de emitir una Ley que norme el procedimiento administrativo electrónico como complemento a la Ley 27444.

Conclusión
El procedimiento administrativo electrónico es el resultado de la aplicación de las TIC al procedimiento administrativo general, lo que trae consigo la aparición de nuevos elementos y características que transforman dicho procedimiento, estableciendo la necesidad de revisar los instrumentos que lo norman especialmente la Ley 27444.

La revisión de la normativa actual debe partir de un claro entendimiento de los componentes del procedimiento administrativo electrónico y de sus características, evaluando el impacto que estas tienen sobre dicha normativa y estableciendo los cambios y mejoras que se deban realizar en el nivel normativo más adecuado incluso con modificación de la propia Ley 27444.


Se trata de establecer un marco normativo que no deje dudas sobre la aplicación del proceso administrativo electrónico y que permita que los servicios digitales del Estado y su propio proceso de transformación digital se establezca sobre bases sostenibles y sustentables.




[1] Consultoría para el estudio sobre bases para la adaptación del procedimiento administrativo general al entorno digital, Roberto Burneo, CNC, 2016