El 30 de octubre
del 2019 el presidente Martín Vizcarra y el primer ministro Vicente Zeballos
expusieron su plan de trabajo y medidas del Gabinete Ministerial para lo que
queda del presente gobierno[1].
Entre las diversas acciones enumeradas en esta presentación cabe destacar
aquellas que están directamente relacionadas con el desarrollo digital del país
y que es necesario comentar enlazándolas con el discurso presidencial del 28 de
Julio del 2018 tratado en un artículo previo de este blog[2].
Sobre lo digital
y el desarrollo del país
El primer aspecto
para resaltar claramente es el avance respecto a la conciencia del gobierno
sobre el impacto de la digitalización en el país. En el plan se menciona: “Hoy el mundo experimenta
una revolución digital. Esta revolución está permitiendo a los gobiernos
aprovechar el avance de las tecnologías digitales para elevar la competitividad
de los países, fomentar la prosperidad económica de sus ciudadanos y reducir
posibles hechos de corrupción”.
Es realmente la primera vez que un discurso de un
primer ministro menciona el hecho clave de la transformación digital y es
importante reconocer firmemente este avance. El cambio digital parte
notoriamente de una decisión política y el reconocimiento a este nivel es un
primer paso decisivo.
Sin embargo, hay varios aspectos que aún quedan
pendientes. Entendiendo que la presentación debe organizarse en los ejes del
plan de gobierno no queda claro porqué el tema digital es incluido en el eje de
“Lucha contra la Corrupción” y menos aún en un acápite de “Transparencia y
Cercanía a la Ciudadanía”. Hubiera sido más apropiado incluirlo como un tema independiente
dentro del eje “Crecimiento Económico” o incluso el de “Desarrollo Social”.
Otro aspecto que se desprende del párrafo es que la
revolución digital mencionada se enfoca en el plano del gobierno y no en el de
toda la sociedad. Si bien puede parecer trivial este concepto es en realidad fundamental; la revolución digital
no es instrumento de los gobiernos, es un cambio económico, social y político al
cual los gobiernos deben contribuir desde sus diferentes atribuciones.
Mi interpretación sobre estos dos puntos es que si
bien se ha avanzado en la conciencia de que la revolución digital existe aún no
se comprende cabalmente su naturaleza e impacto y será necesario ampliar la
visión de ésta y su rol en el desarrollo del país.
Sobre la Estrategia de Transformación
El plan de trabajo presenta una estrategia de
transformación con 4 ámbitos de trabajo: la economía digital (Ministerio de la
Producción PRODUCE), la educación digital (Ministerio de Educación MINEDU), la
conectividad digital (Ministerio de Transportes y Comunicaciones MTC) y el
gobierno digital (Presidencia del Consejo de Ministros PCM); y además menciona
la creación futura de un Sistema Nacional de Transformación Digital.
Para entender las estrategias de transformación de los
países podemos remitirnos al Informe de fortalecimiento Institucional de las
Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) encargado por el Consejo
Nacional de la Competitividad CNC el año 2014[3].
Este estudio elaboró una propuesta de
arreglo institucional basado en el diagnóstico de la situación en el Perú y la
comparación de casos internacionales en varias dimensiones. La propuesta fue claramente
la de implantar un modelo centralizado basado en una entidad con alto
empoderamiento, en principio un Ministerio de las TIC (como el caso colombiano)
o alternativamente una Agencia (como el caso uruguayo), con muchas ventajas
sobre un modelo descentralizado como el propuesto por el Plan de Trabajo del
Gobierno.
Ante un Estado con una baja capacidad de coordinación,
la descentralización de las responsabilidades del desarrollo digital en cuatro
entidades (echando en falta algunas otras, como el Ministerio de Vivienda) lo
dispersa y ralentiza, haciéndole perder efectividad. Además, esas propias
entidades aún tienen muchos aspectos pendientes en sus propias competencias que
deben resolver. Por ejemplo, PRODUCE aún debe revisar su política de innovación
y de diversificación productiva, así como entender cómo articularlas con el
desarrollo digital; por otro lado, el MTC aún no resuelve el tema de la Red
Dorsal Nacional de Fibra Óptica, básico para el desarrollo digital.
La creación del denominado Sistema Nacional de
Transformación Digital no mejoraría sustancialmente las cosas. Si bien los
Sistemas Funcionales son indicados en la LOPE[4]
como un mecanismo para asegurar el cumplimiento de políticas públicas que
requieren la participación de todas o varias entidades del Estado, no tienen en
la práctica la fortaleza necesaria para una articulación efectiva. Por ejemplo,
el Sistema Nacional de Informática, cuyo ente rector es la Secretaría de
Gobierno Digital SEGDI de la PCM, existe desde el año 1990[5]
y aún requiere consolidarse.
En este aspecto la propuesta de una entidad (Ministerio o Agencia) que
centralice la política de desarrollo digital en el Perú convirtiéndose en un
ente rector empoderado es largamente la más conveniente.
Sobre Otros aspectos
El Plan de Trabajo menciona otros aspectos puntuales,
como son: desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones y plataformas
digitales para incrementar la cobertura de servicios financieros, la
implementación y equipamiento de 9 Centros de Innovación Productiva y
Transferencia Tecnológica CITE, la rendición de cuentas a través de medios
digitales, la Plataforma Digital Única GEOPERÚ, la Plataforma Digital PARTICIPA
PERÚ, un espacio virtual o nube pública para las Municipalidades con menores
recursos económicos y 11 MAC Express[6].
Todos estos son aspectos positivos que deben ser
saludados, sin embargo, queda la sensación de aún ser insuficientes y la duda
de si el componente digital está adecuadamente considerado. Por ejemplo, en el
caso de los CITE si realmente se convertirán en instrumentos de transferencia tecnológica
digital. Lo que está claro es que no obedecen a una política general y son más
bien esfuerzos sectoriales.
Un tema ausente
importante y básico es el despliegue de la infraestructura y servicios de comunicaciones
especialmente en el caso de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica y los 21
proyectos regionales de redes de alta velocidad, actualmente con problemas de
diverso tipo. Es necesario establecer una política efectiva de “Internet para Todos” para poder desplegar adecuadamente el desarrollo digital.
Conclusión
Aún estamos en
deuda con el desarrollo de una Política
Digital de Gobierno dirigida hacia el desarrollo del país.
Aún no hay en el Estado Peruano algo que pueda denominarse Sector Digital, la estrategia mencionada en el plan más
bien consagra la dispersión del sector.
La Alta Dirección del Gobierno ha
presentado un avance importante en el nivel de conciencia de la revolución digital. Sin embargo, queda pendiente
la comprensión cabal de su naturaleza y del impacto sobre el
desarrollo del país.
En temas digitales estamos
avanzando. Sin embargo, revisando la experiencia de los países de la región notamos que en forma
relativa estamos retrocediendo, y es necesario acelerar en políticas,
institucionalidad y proyectos.
A estas alturas y
dadas las condiciones políticas, el Gobierno debería crear una Agencia Digital
(se entiende que crear un Ministerio no es políticamente viable) y desarrollar
una Política Digital Transversal, así como los mecanismos para su implantación.
La creación de esta institucionalidad, que puede demorar hasta dos años, sería
un salto cualitativo de gran ayuda para los siguientes gobiernos y para el
desarrollo del país.
[3] R. Katz/C. Huamán, Elaboración de una Propuesta de Fortalecimiento de
la Gestión de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) que impulse
el Desarrollo de las TIC en el Perú, CNC, 2014
[4] Ley Orgánica del Poder Ejecutivo
[5] Decreto Legislativo Nº
604 Ley de Organización y Funciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática
citricamultimedia.com/que-fue-la-guerra-de-los-7-anos/
ResponderEliminarEn segundo lugar, estaba el bloque que se representaba por Francia, el Imperio Austríaco, España, Suecia, Nápoles, Piamonte-Cerdeña, el reino de Sajonia, el Imperio mogol y el Imperio ruso.