Si bien el término
Economía Digital se ha estado utilizando con frecuencia en los últimos años[1], existe
aún poca claridad sobre su significado y especialmente como nos afecta como
país en desarrollo. Una rápida revisión del tema en el internet podría
ayudarnos a entenderlo o más bien acrecentaría la confusión. El problema es que
existen en realidad varios conceptos relacionados a este término y no se cuenta
con una definición ampliamente aceptada. Por este motivo, es necesario
presentar algunos de estos conceptos para poder vislumbrar adecuadamente su
impacto sobre nuestra sociedad.
El proceso
de cambio ocasionado por las tecnologías digitales
Denominado por
algunos como Digitalización y por otros como Transformación Digital el hecho es
que las tecnologías digitales están afectando todos los aspectos de nuestra
vida diaria entre ellos los procesos económicos. Sin ser capaces aún de
asimilarlos adecuadamente, los cambios se están presentando cada vez más
aceleradamente. Los sistemas de producción no sólo se automatizan, sino que
también se interrelacionan y obtienen inteligencia propia, el intercambio de
bienes y servicios igualmente adquiere nuevas formas basadas totalmente en la
Red y por otro lado los sistemas laborales mutan en varias modalidades, presionan
por el lado de obtener las competencias necesarias e involucran serios riesgos
de desplazamiento laboral y pérdida de empleo.
Los modelos de
negocio (la forma como las empresas e instituciones entregan valor) cambian de
ofrecer productos y servicios tradicionales a construir diversas modalidades de
interrelación basadas en plataformas (consideremos los servicios de alojamiento
de personas) y en el progresivo desarrollo de ecosistemas[2]
(podemos ver el caso de Philips Healthcare[3]).
Los propios productos son cada vez más “Smart” (por ejemplo, una cerradura
digital) y no está claro ya donde termina el producto y empieza el servicio.
Es posible que
algunos piensen que la digitalización (o trasformación digital) es una moda
(hecho reafirmado por cómo se venden estos términos), pero revisando los
impactos de ésta en la economía mundial y la evidencia clara de los tipos de
compañías que predominan en el mundo actual, se puede afirmar que es un proceso
firme, progresivo, en expansión y con una gran aceleración. Otros pueden pensar
que es un fenómeno reciente y que hay que esperar para observar cómo
evoluciona. Pero, el proceso realmente tiene décadas y en mi opinión se inicia
cuando se vendió la primera computadora comercial en el año de 1951[4]
(si bien muchos lo sitúan con el lanzamiento del Internet).
La Economía
Digital, el Sector Digital y la Economía Digitalizada
En forma general
podemos entender la Economía como la disciplina que estudia las relaciones
sociales que afectan a los procesos de producción, distribución, consumo e
intercambio de bienes y servicios.[5] Las tecnologías
digitales han afectado progresivamente estos procesos generando un sector digital
que provee los bienes y servicios digitales (por ejemplo, computadores,
servicios en la nube, aplicaciones, redes sociales, etc.) tanto a las
instituciones como a los propios consumidores (ver Figura 1). Este sector digital
ha sufrido una evolución y crecimiento permanente desde los primeros años de la
computación y las telecomunicaciones pasando por sucesivos procesos de
convergencia que la hace probablemente en la actualidad el sector de más alta
relevancia. En un sentido limitado podemos indicar que la Economía Digital está
ilustrada por esta interrelación de los sectores tradicionales con el sector
digital, que afectan progresivamente los procesos económicos.
Fig. 1 Economía Digital y el Sector Digital (Fuente: elaboración propia) |
Sin embargo, el proceso de transformación ocasionado por las tecnologías digitales (y otras complementarias) se hace más profundo y amplio, eliminado incluso las fronteras entre sectores y haciendo imprecisa la distinción entre productos o servicios digitales y los que no lo son. De esta forma, en un momento dado, la economía tendrá tantos componentes digitales que no podremos distinguirlos dando lugar a lo que en un concepto amplio podríamos denominar una Economía Digitalizada (ver figura 2). En este momento la palabra ”digital” ya no será utilizada dado la omnipresencia de estas tecnologías.
Fig. 2 Economía Digitalizada (Fuente: elaboración propia) |
Hay que entender
que este proceso no es simplemente el hecho de usar cada vez más productos y
servicios digitales sino como estos transforman los procesos económicos, lo que
al momento no podemos vislumbrar adecuadamente. Por ejemplo, debemos tener en
cuenta el impacto del costo marginal nulo de los bienes intangibles vía
Internet[6], o el
hecho de considerar el uso de la información y el conocimiento como factores de
producción[7]. El
concepto se ilustra en la figura siguiente en donde, partiendo del sector
digital clásico evolucionamos hacia una economía digitalizada creando nuevas
formas de relacionamiento en los procesos económicos.
Fig. 3. La Econocmía Digital. (Fuente: Bukht and Heets 2017, UNCTAD Information Economy Report 2017) |
La Economía
Digital en el Peru
La mayoría de los
países del mundo enfrenta este proceso de transformación con políticas públicas
más o menos agresivas dependiendo de sus propias características, habiendo
incluso esfuerzos asociativos, tal como el “Task Force” de Economía Digital del
G20.
En nuestro caso,
sin embargo, no tenemos ni lejanamente una política de economía digital ni una
entidad competente (es decir que tenga las competencias legales) y además capaz
de definir dicha política. Los últimos esfuerzos realizados, tal como crear el
Grupo Técnico de Economía Digital en el Ministerio de la Producción o el Comité
de Alto Nivel por un Perú Digital, Innovador y Competitivo, son loables, pero aún
insuficientes. El anuncio de emitir una Agenda Digital al Bicentenario es una
buena noticia, pero queda esperar que se concrete y que obedezca a un real
proceso multiestamentario. Lo que si se ha presentado notoriamente son las
reacciones ante los aspectos más visibles de esta economía, como los intentos
de limitar los erróneamente llamados taxis aplicativos o el uso compartido de patinetas.
Enfocados en criterios tradicionales, no entendemos los procesos detrás de estos
casos y en consecuencia, no podemos facilitar y promover su uso adecuadamente.
No hay escape a la
economía digital y a la economía digitalizada, el tema es como lo enfrentamos. Es
necesario establecer un consenso sobre este proceso y crear los mecanismos
institucionales con empoderamiento y recursos. Si no hacemos nada o muy poco,
nuestro desarrollo se estancará (como ya está sucediendo), perderemos puestos
de trabajo, y se concentrará el poder y la riqueza acentuando la desigualdad en
nuestro país, sino, preguntémonos porque sólo hay patinetas digitales en San
Isidro y Miraflores.
[1] El término fue difundido
a partir del libro de Don Tapscott de 1997: “The digital economy : promise and peril in the
age of networked intelligence”.
[2] Entidades formadas por grupos de empresas que no pertenecen a una sola
organización que implican: redes de cambios, relaciones semi permanentes,
flujos de datos, servicios y dinero; combinando aspectos de competencia y
colaboración, que involucran cierto nivel de complementariedad, y que
coevolucionan a través del tiempo (MIT Sloan, The Myths and Realities of
Business Ecosystems)
[3] Quien realmente tienen 3 ecosistemas. El de innovación, el de suministro
a hospitales y el tercero basado en una aplicación de telesalud respaldada por
múltiples socios de atención médica digital.
[4] Según Wikipedia, el 31 de Marzo de 1951 se entregó la UNIVAC I
(UNIVersal Automatic Computer I) a la oficina del censo de los Estados Unidos.
Sin embargo, en febrero de 1951 el Ferranti Mark I (Manchester Electronic
Computer) fue entregado a la Universidad de Mánchester del Reino Unido, con lo
que sería realmente la primera computadora comercial.
[7] G20 Task Force de Economía Digital. https://qa-g20.argentina.gob.ar/es/g20-argentina/areas-de-trabajo/economia-digital