domingo, 27 de noviembre de 2016

La Política Digital en el Perú

El desarrollo de la Política Digital en el Perú enfrenta retos importantes tanto relacionados al tema digital en si como a las particularidades propias del país. Si bien algunos consideran que el Perú no tiene actualmente una Política Digital, es necesario apuntar que formalmente hemos tenido dos agendas digitales además de un Plan de Banda Ancha que se tradujo en una Ley de Banda Ancha, lo que podría indicar justamente lo contrario.  Para poder centrar el tema, hay que entender la complejidad de este proceso, especialmente considerando el carácter transversal y de cambio acelerado de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones -TIC (impulsoras de la digitalización); para lo cual creo importante esclarecer algunos conceptos como base de la necesaria discusión que deberá ser planteada entre los diversos sectores involucrados.

Las Políticas Públicas
Las definiciones sobre políticas públicas son amplias y están en permanente cambio, sin embargo, para fines de este artículo, puedo tomar la siguiente: “Las políticas públicas son acciones de gobierno con objetos de interés público que surgen de decisiones sustentadas en un proceso de diagnóstico y análisis de factibilidad, para la atención efectiva de problemas públicos específicos, en donde participa la ciudadanía en la definición de problemas y soluciones (Corzo 2012)”.
Es interesante anotar que las políticas públicas finalmente especifican acciones, lo que impone el hecho que no sólo deben ser definidas sino obviamente ejecutadas. Para lograr que las políticas se implanten, el Estado debe premunirse de las herramientas institucionales adecuadas. Por un momento imaginemos que queremos desarrollar las políticas públicas de salud y no contamos con un Ministerio de Salud o institución equivalente para caer en cuenta de lo que estoy señalando.
Es claro por otro lado que debe existir un proceso de desarrollo de las políticas que logre definir con claridad el interés público relacionado al problema público específico a resolver y los mecanismos para su implantación. En este proceso, establecer los esquemas y niveles de participación de la ciudadanía es crucial para su sostenibilidad.

Las Políticas Públicas y las TIC    
Sobre el rol de las TIC en el desarrollo económico se han establecido diversos estudios en múltiples niveles[1] con la conclusión general de que existe una correlación importante entre la utilización de las TIC y el desarrollo de los países. La transformación que las TIC imponen sobre los procesos de la sociedad (digitalización) involucran el desarrollo de políticas públicas que puedan conducir este proceso de transformación en el cauce adecuado al interés público. De esta forma, el problema público específico que nos reta es: “utilizar las TIC para potenciar el desarrollo económico y social del país, en transición hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento”, el cual lo podemos definir como Política Digital.
Uno de los mecanismos por el cual los países han concentrado sus políticas públicas digitales ha sido el de Agenda Digital, normalmente conteniendo diversas iniciativas estratégicas tanto transversales como en sectores considerados clave (por ejemplo, educación). El Perú siguiendo este modelo desarrolló dos Agendas Digitales, siendo la última la Agenda Digital 2.0[2] del año 2011 con objetivos formulados hasta el año 2015.
El desarrollo de las agendas digitales en los diversos países ha sido igualmente diverso y los que muestran mejores resultados son aquellos donde ha existido una institucionalidad adecuadamente establecida. Considerando los múltiples actores del denominado Ecosistema Digital[3] los esfuerzos de articulación para su definición e implantación exigen a su vez un importante grado de institucionalidad transversal y sectorial. En algunos países las agendas digitales evolucionaron o se complementaron con planes de desarrollo digital con un énfasis mayor en objetivos medibles y en acciones de implantación[4].
A pesar de las críticas de diversos sectores, las agendas digitales siguen teniendo vigencia y en la Quinta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe se estableció justamente su Agenda Digital (eLAC2018), la cual presenta 23 objetivos que se ordenan en cinco áreas de acción: i) acceso e infraestructura; ii) economía digital, innovación y competitividad; iii) gobierno electrónico y ciudadanía; iv) desarrollo sostenible e inclusión, y v) gobernanza[5]. Esta Agenda se supone debe servir como referencia y marco a los países Latinoamericanos para su propio desarrollo digital.
La situación de la Política Digital en Perú
El desarrollo de las Agendas Digitales peruanas, tanto la del 2006 como la del 2011 se concentró básicamente en el proceso de elaboración, más no así en el de su implantación. En ninguno de los dos casos los objetivos estratégicos definidos contaron con un mecanismo específico de implantación. Tal hecho es reconocido por la propia Agenda 2.0 que establece dentro de la Estrategia 1 del Objetivo 8: “Uno de los factores críticos que había sido identificado el 2005 y que aún sigue siendo muy necesario, es la institucionalidad que garantice el desarrollo, ejecución, seguimiento y evaluación, así como, la actualización de los enfoques de la Agenda”.
Considerando que el Decreto Supremo que crea esta última agenda se promulga dos días antes del cambio de gobierno[6], sin los patrocinadores que la crearon y sin un fuerte involucramiento de la Sociedad Civil fue inicialmente postergada y al no tener ningún mecanismo concreto de implementación ni establecerse el mecanismo de seguimiento especificado en su creación[7], esta agenda fue en la práctica ignorada.  Al año 2013 desde el Consejo Nacional de Competitividad – CNC, verifico el poco conocimiento e involucramiento en los actores estatales, privados y de la sociedad civil sobre dicha Agenda.
Si bien la Comisión Multisectorial de Seguimiento y Evaluación “CODESI” inició funciones a fines del 2015, la situación básica se mantiene y no se cuenta aún con ningún plan de implantación relevante ni con la institucionalidad capaz de ejecutarlo. Además, dicha comisión aún no ha podido convocar un espacio efectivo de participación de los entes privados y la sociedad civil.  
En consecuencia y a la luz de los hechos puedo afirmar que dichas agendas no llegaron a establecerse como políticas públicas reales convirtiéndose ambas en guías de referencia y un buen marco sobre el cual algunas instituciones bajo su propia iniciativa han desarrollado algunas de las acciones indicadas.
Un caso diferente ocurrió en el sector de comunicaciones. El desarrollo del Plan de Banda Ancha en el año 2010[8] dio pie a la Ley de Banda Ancha y su respectivo reglamento que posibilitó el desarrollo de los Proyectos de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica RDNFO y los Proyectos Regionales de Despliegue de Redes de Alta Velocidad. Al momento la RDNFO está desplegada y en operación y 8 de los 21 proyectos regionales definidos están en ejecución.
El caso del Plan de Banda Ancha ilustra un proceso de desarrollo de políticas públicas que cubrió no sólo su definición sino también la implantación de al menos de una parte importante de dicho plan. Se debe indicar que este proceso fue conducido por un sector consolidado institucionalmente como es el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Fig. 1 Despliegue de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica. Fuente: MTC
Un instrumento adicional a  mencionar es la Agenda de Competitividad 2014 2018.[9] Establecidas las TIC como una línea estratégica desde la primera agenda de competitividad del 2012, esta versión establece un conjunto de metas con indicadores medibles en cuatro aspectos de las TIC que se consideraron prioritarios: el fortalecimiento institucional del Estado para gestionarlas, el desarrollo de la infraestructura de comunicaciones, el impulso del Gobierno Electrónico y la promoción de su uso en la sociedad.  Sin embargo, el avance realmente significativo se da en el aspecto de infraestructura, tal como se indicó anteriormente.
Finalmente, cabe mencionar que dentro de las 31 Políticas Nacionales del Acuerdo Nacional[10], no se establece ni una sola mención al tema de las TIC o al desarrollo digital[11]. La última noticia, sin embargo, indica que se habría creado un grupo de trabajo TIC en este marco institucional.  Además, las declaraciones de los titulares de varios sectores públicos y privados sobre la importancia del desarrollo digital indica que se estaría dando a este tema una relevancia mucho mayor que en los años anteriores.
Cómo definir la Política Digital
Un primer punto a definir es sobre quién debería liderar su definición e implantación. Si apuntamos a la experiencia pasada vemos claramente que la debilidad institucional fue la causa principal que impidió su despliegue. Se necesita, entonces, un arreglo institucional diferente y empoderado para poder conducir adecuadamente este proceso.  La discusión sobre el arreglo institucional TIC se ha presentado desde hace bastante tiempo y en diversos foros con varias opciones tales como la de Agencia Digital o Ministerio de las TIC. Sin embargo, las autoridades actuales han indicado que se creará un Viceministerio de las TIC como evolución del Viceministerio de Comunicaciones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, institución que debería en todo caso conducir este proceso. Considerando el carácter trasversal de las políticas digitales es importante considerar que además cada sector es responsable de liderar las mismas en su ámbito de competencia.
El segundo aspecto es el de establecer cómo debería ser este proceso, lo cual me permite especificar algunas características importantes. La primera es que debe ser considerado un proceso político que se conduzca desde el más alto nivel de decisión haciendo que el tema TIC se incluya en el Acuerdo Nacional como una Política Nacional. Otra característica es que debe alinearse con las políticas locales, tales como las políticas de emprendimiento o de ciencia y tecnología, así como con las políticas mundiales y regionales[12]. Un aspecto crucial es que se deben crear los respectivos planes de implementación que conllevan el establecimiento de: objetivos medibles, responsables que den efectiva cuenta y recursos asignados. Finalmente, siendo lo más importante, este proceso de tener un enfoque multiestamentario en donde a la vez que se fortalece el Ecosistema se propicia la participación activa de los actores del mismo tanto en la parte de definición como en la de implantación.
Se debe considerar, además, que este es un proceso continuo y de aprendizaje, en donde desde una versión inicial, ejecutamos, controlamos y mejoramos permanentemente.
Sobre los temas que deben desarrollarse en una Política Digital hay varias alternativas. Por ejemplo, podemos usar el Modelo de Ecosistema Digital de CEPAL (usado como base en una consultoría de Políticas Digitales desarrollada por encargo del CNC [13].) . Si bien considerando la evolución tecnológica de los últimos años este modelo debería actualizarse es un buen punto de inicio para definir los contenidos de la política, así como el modelo presentado en otra consultoría relacionada más bien a la normatividad actual de las TIC en el Perú[14].



Fig. 2 Ecosistema Digital (Fuente CEPAL)
Conclusión
Debo indicar que los esfuerzos notables de desarrollo de las Políticas TIC que dieron lugar a las agendas digitales peruanas se concentraron en su definición más no en su implantación con la excepción del sector de comunicaciones que efectivamente está desplegando su política a través de la ejecución del Plan de Banda Ancha.
La necesidad de relanzar el proceso de desarrollo de la Política Digital se hace ahora más importante considerando el momento político y la conciencia de desarrollo digital que los diversos sectores están mostrando. Este proceso, sin embargo, deberá tener ciertas características que garanticen que no se repitan los errores del pasado. Entre estas características podemos incluir al patrocinio de alto nivel, a una institucionalidad adecuada y empoderada, y a un enfoque multiestamentario.
La creación del Viceministerio TIC es un aspecto que marca una diferencia respecto a los intentos anteriores y que debe ser tomada como una oportunidad para acelerar el cambio hacia un Perú Digital con el concurso de todos los estamentos y sectores.





[1] En el Estudio de R. Katz sobre el impacto económico del Arreglo Institucional TIC en el Perú se establece un modelo para estimar el impacto en el PBI de la digitalización. Ver www.cnc.gob.pe

[2] Promulgada por DS 066-2011-PCM del 26 de Julio del 2011.
[3] El ecosistema digital es definido como el conjunto de infraestructuras y prestaciones (plataformas, dispositivos de acceso) asociadas a la provisión de contenidos y servicios a través de Internet (El ecosistema y la economía digital en América Latina, Raúl Katz)
[4] Podemos referir al Plan Vive Digital de Colombia o a la Agenda Digital de España
[6] El 28 de Julio del 2011 asume la presidencia el Sr. Ollanta Humala Tasso en reemplazo del Sr. Alan Garcia
[7] La Comisión de Seguimiento y Evaluación mencionada en el DS de creación fue convocada a fines del año 2015.
[10] http://acuerdonacional.pe/politicas-de-estado-del-acuerdo-nacional/
[11] Se podría pensar que la Política Digital está incluida en la Política de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, si se revisa la Política 20 del Acuerdo (Ciencia y Tecnología), se confirma  su no inclusión. 
[12] Objetivos del Milenio y la elac2018, por ejemplo
[13] Consultoría para la definición de las bases para la formulación de Políticas Públicas para el desarrollo de la Sociedad de la Información, Roxana Barrantes, Consejo Nacional de la Competitividad
[14] Análisis de la normatividad en TIC y recomendaciones de mejora, Iriarte y asociados Consejo Nacional de la Competitividad.



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